martes, 15 de enero de 2008

La atribulada vida del doctor Torralba

Una introducción

Zaquiel susurrando secretos al doctor

Ya sé que es un defecto que tenemos los miembros del equipo de EL BLUES DEL COYOTE, que no es otro que ocultar las referencias; es cierto, nunca (o casi nunca) citamos las fuentes de donde extraemos tan variopinta y heterogénea información – si es que los dislates que plasmamos en el blog pueden llegar a considerarse información, claro. En la mayoría de los casos esto ha sido así porque los hechos por nosotros narrados (o cronologizados), no provienen casi nunca de una única fuente – y esto, no porque estemos interesados en contrastar los datos ni nada parecido, que quede bien claro, se nos da al fresco de hecho.

Pero, en este caso concreto, nos vemos en la obligación de citar la fuente fundamental, sobre todo, por hacer honor y reconocimiento a tan insigne pensador y antropólogo (ya fallecido): Nos referimos a don Julio Caro Baroja, y en concreto, a sus obras Vidas Mágicas e Inquisición I (1992, Istmo), e Inquisición, Brujería y Criptojudaísmo (1970, Ariel). Tipos como don Julio ya no quedan, y personalmente ha sido no sólo fuente de información, sino también de inspiración.

Se conjugan en torno a la figura del bueno del doctor Torralba dos leyendas de origen totalmente distintos; una, la idea medieval del viaje por los aires, atravesando grandes distancias en poco tiempo, a lomos de un demonio la mayoría de las ocasiones; la otra, que es más bien renacentista y ha tenido bastante acogida a lo largo del tiempo, la de los espíritus llamados familiares. Pero no sólo, puesto que si bien la primera es una leyenda de cuño más popular (que también vemos, por ejemplo, en la figura legendaria de el cura de Bargota); la segunda es una noción más bien asociada a cierta imagen sofisticada que se tiene de los hechiceros, brujas y nigromantes, y que fue ampliamente explotada por los miembros de la Inquisición o Santo Oficio (no sólo por los mismos inquisidores, que nunca olvidaban de incluir alguna pregunta sobre la cuestión en sus interrogatorios; también los avispados denunciantes perdían el trasero en mostrar como prueba de las maldades del acusado el tener en casa a un inocente gatito negro, u otro animal de compañía – el Coyote nos informa de que incluso se han denunciado como familiares a gallos negros, que no tienen la culpa de su melanina. Tampoco están exentas ciertas nociones de angeología hebrea y kabbalah, así como algunas ideas neoplatónicas y del mundo pagano grecorromano, bastante corruptas, por cierto.

Pero lo curioso en el caso del buen doctor Torralba es que su existencia está documentada, y se conoce bastante sobre su agitada vida de supuesto nigromante y sobre su espíritu familiar, conocido como Zaquiel, gracias a los archivos de los interrogatorios del sonado proceso a que fue sometido por la Inquisición.

Siempre cabe la duda razonable de que la mayoría de sus experiencias esotéricas (por calificarlas de alguna manera) no fueran más que invenciones del buen doctor, presionado por el tribunal de inquisidores. Tenemos constancia del caso de un religioso sevillano, allá por el siglo XVII, que siendo acusado de pertenecer a la herejía de los alumbrados, al ser sometido a los consiguientes tormentos que la maquinaria burocrática de la Inquisición imponía, empezó a soltar tal ristra de embustes, dislates y barbaridades, que terminó reconociendo cosas tales como que él era Cristo renacido (aunque reencarnado sería más correcto), y que había venido de nuevo a la tierra para enfrentarse al Anticristo, que estaba por alzarse en Turquía y reclamar su herencia como heredero del Príncipe de este Mundo. Lo que hace decir un buen potro, unas tenazas y un par de herramientas de tortura oxidadas, no lo consigue ni el clembuterol o como narices se llame el suero de la verdad.

En cualquier caso, puede que esto sólo sea una parte de la verdad; en el renacimiento era moneda común entre gentes de cierta cultura la creencia en espíritus intermedios entre el Cielo y la Tierra, daemones o agathodaemones, con los que era posible cierto trato e interacción, en virtud de ciertos rituales y formulas. De esto no se escapaban ni siquiera filósofos de la talla de Pico della Mirandola, y por supuesto, los novelistas y dramaturgos de la época y posteriores se hacen eco de la creencia en familiares, pactos y demás parafernalia ocultista. El mismo doctor Torralba, durante su larga estancia en Italia parece haber tonteado con estas cosas, si bien siempre desde la perspectiva de un adepto a ciertas ideas herméticas que para nada tienen algo que ver con las paranoias de una enorme conspiración satánica a escala mundial que alentaban los inquisidores, y en la que encajaba cualquier actitud o forma de vida heterogénea, y ajena a la norma dictada por la Iglesia y el Poder (brujas, judíos no conversos, herejes, homosexuales, locos o endemoniados, y un largo etcétera de excepciones a la norma, que tenían que esconderse para poder ser ellos mismos, o enfrentarse a una dura reprimenda de la justicia divina, todo por el bien y la salvación de sus supuestas y etéreas almas).

Nunca llegaremos a saber con certeza cuánto de lo que confesó el doctor Torralba a los inquisidores era su propia y sincera creencia, y cuánto lo improvisó sobre la marcha con lo que había escuchado por ahí, para tener algo que decir a éstos.

lunes, 14 de enero de 2008

Interludio: Del Amor y otros Demonios

Como decía no sé quien, "el amor es algo que empieza no se sabe cómo, y acaba no se sabe cuándo".
Hace relativamente poco tiempo que el Coyote se ha percatado de que lo que más le gusta del amor es que sea breve y muy, muy, muy intenso. Al menos en esto, el Coyote se considera un caballero chapado a la antigua, ya podéis imaginar: "un caballero no cuenta sus secretos de alcoba".
Pero lo cierto es que no se le podía ocurrir una mejor manera de empezar el nuevo año; y también se ha percatado de otro detalle: se está haciendo viejo. Demasiado tabaco, demasiado poco (o nada) de ejercicio, le terminan dejando baldado. Sí, así es: estuvo secuestrado más de dos días, sin poder salir de la habitación de cierta señorita (bastante más joven que él), y el pobre terminó con agujetas en partes del cuerpo que ni siquiera sabía que existían, y tuvimos que aguantar sus quejidos durante unos cuantos diás (pero como dice el otro, sarna con gusto no pica).
Sí, breve pero intenso, como un fuego abrasador. Porque, y esto es cierto, en cuestiones sentimentales es casi mejor no alargar la cosa más allá de cierto punto, porque cuando la pasión se termina, el sentimiento torna en afecto, y puede llegar ese terrible momento en que se hacen las cosas casi por obligación, forzadas y en absoluto auténticas. Entonces es cuando esa persona tan especial, a la que le hiciste un hueco en tu corazón, ante la cual te dejaste vulnerable, y que te tienen en su poder - metafóricamente, claro -, puede llegar a hacernos mucho daño. De hecho, quien más daño puede hacernos es quien más cerca está de esa parte blandita y sensible que es el corazón de los pobres mortales.
Deseo juega con nosotros como si fuésemos marionetas, nos maneja a su antojo, y al final siempre le parece adorable que lloremos de dolor por alguien.

miércoles, 9 de enero de 2008

Algunos fragmentos de historias sincrónicas (tercera parte)

Pese a quien le pese, e ignorando las veladas amenazas que hemos recibido en diversos formatos para que no continuemos desvelando entresijos que hoy día son historia, pero que en su momento fueron presente vivo, seguimos con la cronología de "el Atlante".

  • 1933: al acceder al poder en Alemania el NSDAP (conocido vulgarmente como Partido Nazi) son disueltas numerosas organizaciones y sociedades secretas, entre ellas, la Thule Gesellshaft. Fuentes no precisas declaran que dos años más tarde la copia del “Liber Hyperboreas” es hallada y entregada al fondo de la Ahnenerbe, el Instituto para la Investigación de las Raíces Espirituales de la Herencia Ancestral Alemana (departamento bajo la supervisión directa del Reichführer de las SS, Heinrich Himmler, al que puso, entre otros proyectos, a la búsqueda del Santo Grial, y al final de la guerra se le encargó ocuparse de los detalles logísticos de la Solución Final).
  • 1936: después de dos años de estudios del texto, los especialistas supervivientes llegan a la conclusión de que la copia que posee la Ahnenerbe del “Liber Hyperboreas” está incompleta, y que de ahí provienen los resultados desastrosos de anteriores intentos de invocación del hechicero supremo de Poseidonis.
  • 1937: Heinrich Himmler pone en marcha el operativo FENRIS, otorgando el mando de éste a Karl María Willigut, su astrólogo personal, que responde al hermético seudónimo de “Weisthor”. La operación FENRIS tenía como objetivos reunir el máximo posible de copias del “Liber Hyperboreas”, así como la búsqueda y rastreo de las tablillas originales de donde salió el libro, y preparar en un lugar apartado en el centro inexpugnable de la Selva Negra la ceremonia completa de invocación del hechicero supremo, al cual suponían los nazis completa pureza racial y, por supuesto, conocimientos más allá de la cordura humana.
  • 1938: Como parte secundaria de la operación FENRIS, la Ahnenerbe organiza una expedición al Tíbet, dirigida por Ernst Schaeffer. Oficialmente, ésta tenía fines biológicos y antropológicos – al parecer, pretendían rastrear en el País de las Nieves los orígenes remotos de la raza aria. Pero Himmler, o su inspirador, Wheistor, tenían unas intenciones secretas, que sólo comunicaron al propio Schaeffer, en una entrevista secreta. Se especula con que se le dio orden de ponerse en contacto con la Jerarquía del Gobierno Secreto del mundo, sita en la subterránea Aggartha. Se desconoce el grado de éxito, lo que sí es cierto que volvió a Alemania en posesión del texto sagrado budista "Kangschur", en el que al parecer se encontraron pistas sobre el paradero del sepulcro de Qarnis Qum, en las fuentes del Nilo (antigua colonia de refugiados atlantes). También se afirma que Schaeffer se hizo con la piedra negra Cintamani, regalo del Rex Mundi del Aggartha, que los Bogd Khanes de Mongolia utilizaban para realizar profecías.
  • 1938-41: La espía aliada conocida con el nombre clave Rosa de Jericó, infiltrada entre los efectivos de la Ahnenerbe empieza a filtrar información al ejército Aliado sobre las difusas intenciones de Himmler y sus adláteres en torno a la operación FENRIS. Descubierta su tapadera en 1941, es enviada a un campo de prisioneros, y dos años después es ejecutada tras un sumarísimo juicio de guerra.
  • 1941: Tras el ataque sorpresa japonés a Pearl Harbour, los USA entran en la guerra.
  • 1942: Es fundada la OSS, u Office of Strategic Services, bajo la advocación de Franklin D Rossevelt. Como tareas tenían recoger y analizar la información estratégica requerida por los jefes y conducir las operaciones especiales no asignadas a otras agencias. Los servicios secretos aliados ponen notas en común, resultando la mayoría de operaciones secretas puestas en marcha de un éxito considerable. Entre otras, se pone en marcha la operación NIKE (la diosa de la victoria griega, nada que ver con la marca de zapatillas). La operación NIKE tenía como objetivo principal, impedir la consecución de la operación alemana FENRIS. Como parte de la operación NIKE se organiza un comando formado por miembros de élite de varios ejércitos aliados:

    • Sargento Obadiah Plisskin, de la 101ª División Aerotransportada del ejército americano, especialista en artillería.

    • Teniente James Holmes, de la naciente Special Air Services (SAS) del ejército británico, como oficial jefe de la operación.

    • Soldado Yuri Ivanovich Nikolaievsk, reputado francotirador del Ejército Rojo, y héroe de Stalingrado.

    • Thierry Le Voy, de la resistencia francesa; conocido actor transformista, infiltrado como enlace en el terrible castillo de Ascherslebensberg, en el centro inexpugnable de la Selva Negra. Bajo la personalidad del asistente del Hauptman (capitán) de la SchutzStaffel, encargado de la seguridad del castillo.
Los tres primeros serían lanzados en paracaídas en las inmediaciones del castillo, junto con un equipo mínimo indispensable, que por supuesto incluía unas píldoras de cianuro, para ingerir si eran descubiertos. Le Voy sería avisado para darles paso al castillo por un acceso secreto, el único no custodiado por la guardia del castillo. Weisthor tenía calculada la noche propicia para realizar la invocación, en función de un calendario germánico sagrado que él mismo había diseñado, que coincidía con el solsticio de invierno, momento en que, según afirmaba en sus delirios, las barreras entre los mundos eran más ténues.
Hasta aquí la tercera parte; la conclusión, en la próxima entrega...

domingo, 6 de enero de 2008

Algunos fragmentos de historias sincronicas (segunda parte)


En primer lugar, reconocer un tremendo error de precisión que cometimos en la última entrada. No fueron miembros de la OTO, u Ordo Templi Orientis, en su célula de Berlín, quienes en 1933 alardearon de tener entre sus posesiones un ejemplar del Liber Hyperboreas, sino que éstos fueron más bien miembros de la aún más tenebrosa Sociedad Thule, o Thule Gesellshaft. En segundo lugar, no fue en la revista francesa Études Mythologiques donde se realizaron las declaraciones; éstas se hicieron en el órgano de expresión völkisch, Ostara (revista publicada por George Lanz von Liebenfels, elemento también conocido por la publicación de una obra con el título: La Teozoología o los Simios de Sodoma y el electrón de los Dioses, que al parecer inspiró en parte a los jerarcas nazis – claro, todo lo que pudiera aprovecharse, como justificación para el antisemitismo, era bienvenido... narices, si hasta se atrevieron a profanar la memoria de ese loco sagrado que fue Friedrich “Zarathustra” Nietzsche).
Respecto a las supuestas invocaciones que la célula de Berlín intentó a lo largo de aquel año, tenemos datos más concretos acerca de sus resultados.
El viejo Coyote ha tenido a bien proporcionarnos algunas notas personales que nos han aclarado un poco más este punto. Hay que decir que el Coyote es adepto de la práctica de escritura automática, y aunque normalmente suele ser bastante reticente con lo que nos da a leer, en este caso ha sido generoso. A continuación la reproducimos, con las consiguientes correcciones gramaticales y de ortografía:
“El lugar: Berlín, un callejón del barrio antiguo. El momento: Noche especialmente oscura, 27 de febrero de 1933.
Aquel tipo andaba con mucha prisa; casi corría. De cuando en cuando, al llegar al recodo de una bocacalle, se paraba para echar un vistazo atrás. Tenía unos ademanes que delataban un nerviosismo extremo.
Desde luego, si su intención era huir de alguien, o ponerse a salvo de alguna manera, metiéndose de cabeza en callejones oscuros y abandonados no iba a conseguirlo.
Agarraba algo con fuerza, como si de mantener aquel bulto envuelto en lienzo muy cerca dependiera su vida. Doblaba una esquina a la derecha; luego a la izquierda, y de nuevo a la derecha. Mientras avanzaba, sin pararse muy bien a comprobar a dónde se dirigía, no podía evitar hacer recuento.
Müller, muerto; Axel, muerto; von Doom, muerto. Por supuesto, también estaba la médium, frau Helga. Pero ella era una mujer, y en el gran esquema de las cosas era irrelevante.
Del gurú Swami Chandraguptra y von Lanz nada parecía saberse. Quizá también hubiesen escapado.
Pero lo importante era que él tenía el libro. En el tumulto, cuando los asistentes a la invocación empezaron a convertirse en amasijos de carne, con los sesos saliéndoles por los oídos, cuando cayó la vela y se propagó el incendio, él, y sólo él, fue el único que tuvo la genial idea de salvar el libro.
Salió corriendo, sin mirar atrás, quitándose de encima a aquellos que, aunque seguían dando espasmódicas brazadas al aire, en realidad ya estaban muertos. Llegó a las escaleras, y las saltó más que otra cosa. Esquivó a un vecino que se asomaba, extrañado por los ruidos. Escuchó, pero no miró atrás, cómo chocaba el fofo cuerpo inerte de aquel hombre contra el suelo; probablemente muerto. Pero no perdió más tiempo en su memoria; sólo un objetivo en su mente: huir. Huir con el libro.
Huir, sin mirar atrás.
Al menos, ese era el plan que había esbozado apresuradamente y de cualquier manera.
Por supuesto, parte imprescindible de cualquier plan que se lleva a cabo es ignorar algunas veces el plan. Sobre todo en lo que se refería a mirar atrás.
Claro que aquella fue la última vez que tuvo oportunidad de saltarse el plan.
La última vez que miró hacia atrás.
Ya tenía a la vista el resplandor de las farolas de Postdammer Platz, el arropador cobijo de la multitud. A esas horas de la noche aún estaría llena de bohemios, trasnochados y amantes del cabaret. Había puesto toda su esperanza en que alcanzar la muchedumbre sería su salvación.
Pero, cual esposa de Lot en la destrucción de Sodoma, nuestro sujeto, vislumbrando ya el resplandor de las farolas de la avenida y pensándose ya a salvo, no pudo evitar echar la vista atrás.
A sus espaldas otro tipo de resplandor (quizá más ectoplásmico) le sobrevenía callejón abajo. Una figura desvaída elevada a una altura considerable. Envuelta en una neblina que asemejaba una larga túnica, la figura le miraba directamente a los ojos – aunque aquellos ojos emitían una potente luz propia.
El libro envuelto en lienzo cayó al suelo. Pronto, le siguió un cuerpo inerte (un cadáver), expulsando sangre por todos sus huecos craneales.
Ningún mortal osa despertar a Qarnis Qum, sin terribles consecuencias
Aquella noche ardió el Reichstag.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Algunos fragmentos de historias sincrónicas

Parece que el viejo Coyote ha reaparecido. Afirma que no recuerda muy bien todo lo que le ha pasado durante el tiempo que se mantuvo desaparecido; en cualquier caso ha venido contando una extraña historia de una fiesta trance en el campo, una fuente o manantial con su propio espíritu protector, una mora encantada, y no sé qué sobre un Trip Real. De momento, no hemos podido entresacar nada más sobre ese tema, insistiremos en ello.
Aún así, aquí publicamos la primera parte de los prometidos fragmentos sobre asuntos relacionados con ese misterioso "Atlante" con que nos vino el Coyote. Todavía quedan algunos asuntos por resolver, cuestiones por iluminar, que ofreceremos en la segunda parte. Aún así, este es sólo un boceto, que mejoraremos concretando fechas, nombres y lugares.


  • Hace cientos de miles de años: el imperio de la Atlántida (otros dicen Aquelonia) se hunde. Provocado por crisis internas, la instigación de tribus bárbaras desde el exterior y la manipulación irresponsable de terribles fuentes de energía (por parte de la elite gobernante, una casta de sacerdotes-astrólogos), el continente donde se encuentra Poseidonis, la capital de la Atlántida, y el grueso del imperio se hunde bajo las aguas del océano. Qarnis Qum, hechicero supremo, se hace sepultar vivo, y momificado vivo es enterrado con tablillas que encierran terribles conocimientos.
  • Hace cientos de miles de años, pero algo después: grandes cataclismos asolan la tierra; los grandes saurios prosperan. Grandes zonas de tierra que se mantuvieron hundidas en simas abisales vuelven a salir a la luz.
  • Hace miles de años: durante el imperio bajo, en el reino de Khêm, los sacerdotes nubios de la casa de la muerte despiertan de su letargo a Qarnis Qum. Éste crea una base de poder situada en las fuentes del Nilo, donde es derrotado y devuelto a su sueño eterno por un guerrero egipcio de nombre ignorado.
  • Aprox. ss. VIII-IX: durante los años de expansión del Islam, los saqueadores de tumbas hallan un acceso al sepulcro de Qarnis Qum, despojándola de la mayoría de los enseres allí reunidos, entre ellos las misteriosas tabillas donde se encierran terribles conocimientos. Por suerte, no consiguen quitar la pesada losa que da al lugar donde se encuentra el hechicero supremo. Terribles maldiciones van terminando con aquellos que asaltaron la tumba, o bien con los dueños de objetos sacados de allí.
  • Siglo XIII (mediados): el sultán de Damasco, por medio de sus emisarios, regala al rey de Castilla, Alfonso X, unas tablillas grabadas en un alfabeto desconocido, pensando que con ellas le enviaba una maldición pagana al perro monarca infiel. El rey las hace enviar a la Escuela de Traductores de Toledo; durante el proceso de traducción se suceden extraños fenómenos y siniestros accidentes. El trabajo se queda a medias, puesto que sabios de las tres religiones del Libro sostienen con un terror numinoso que las tablillas son un compendio de locuras, blasfemias y maldades.
  • Siglo XIV: Un maestro cabalista judío, huyendo de la persecución, escapa a la Provenza (o a Lyon), llevando entre sus pertenencias las tablillas, sin saber muy bien si destruirlas por el bien de la humanidad, o sólo mantenerlas ocultas y custodiadas.
  • Siglo XVI: La que se creía única copia intacta de la traducción de la Escuela de Toledo de parte de los contenidos de las tablillas es quemada en la hoguera por orden del Santo Oficio, junto con muchos otros tratados satánicos, heréticos y blasfemos. Durante esos mismos años, las tablillas caen por un azar del destino en manos de un sabio alquimista y astrólogo francés[1], de oscura reputación, el cual se propone redactar una traducción completa de aquellas. Este mago cayó fulminado, aparentemente por un ataque de apoplejía, tan sólo unos instantes después de dar el punto final a su tratado, titulado “Liber Hyperboreas”.
  • Algunos años después: El manuscrito original del “Liber Hyperboreas” es enviado a Van Böecke, un impresor de Ámsterdam, no sin antes pasar por las manos del filósofo Baruch de Spinoza; éste, al devolvérselo al impresor, le aconseja fervientemente que lo haga destruir, y no lo de a luz pública. Desoyendo las advertencias, lo lleva a imprenta, con infaustas consecuencias; su taller salió ardiendo una noche, y los rumores afirmaron que en el centro del incendio se encontraba uno de los aprendices, con el manuscrito original agarrado fuertemente, para asegurarse de que era destruido. Sin embargo, ya se habían realizado un par de copias de prueba, incompletas ambas, que aparentemente desaparecieron.
  • Siglo XVIII: Nos encontramos con que una de las versiones del Liber Hyperboreas se encuentra en manos de Swedenborg, padre del espiritismo moderno. En esa época, muy pocos hombres sabían de la existencia de este libro; todos ellos eran iniciados de alto grado en alguna importante logia masónica. Según cuentan, a él se lo cedió la Pompadour, la intrigante amante de Luis XV, acusada no pocas veces de brujería. En este siglo cambia de dueño en varias ocasiones, se dice que en algún momento lo poseyeron Jacques Cazotte, el conde Jan Potocki y el obispo Talleyrand, compañeros francmasones todos ellos.
  • El 19 de mayo de 1798, con una flota compuesta por trescientos veintiocho barcos, llevando a bordo un ejército de 38.000 hombres, al mando de Napoleón, ponen rumbo a Egipto; les acompaña el dibujante Vivant Denon, el cual les seguirá por tierra de faraones durante toda la campaña contra los mamelucos de Murad Bey. En el transcurso, tomará los primeros bocetos y apuntes de los restos de la época faraónica, de las tumbas de los reyes, de los desconocidos jeroglíficos que se encuentran grabados en el interior de ellas. Algunas muestras de los hieroglifos que cuentan la historia de la caída de la Atlántida y la sepultura de Qarnis Qum aparecerán en su Voyage dans la Hautte et Basse Egypte (v. III, p. 124 y ss), aunque su contenido permanecerá desconocido – pues si bien se ha confirmado que está redactado en escritura “hierática”, hasta hace relativamente poco tiempo resultaba incomprensible el idioma en que había sido escrito.
  • A mediados del siglo XIX, una médium norteamericana bajo el patronazgo de un miembro de la Sociedad de la Golden Dawn durante varias sesiones canaliza la conciencia de un archivero de Poseidonis, que le proporciona las claves de interpretación de los jeroglíficos de la tumba de Qarnis Qum. Curiosamente, son muy parecidas al método de invocación angélica del Dr. Dee, las conocidas como Claves Enochianas. Durante años fue considerado un fraude, hasta que en una librería de viejo de Toledo reaparece una copia muy deteriorada de la versión de la Escuela de Traductores de Toledo, donde aparecen inquietantes coincidencias. Este libro fue adquirido por el famoso librero Voynich, aunque posteriormente lo vendió al Vaticano, el cual lo conserva hasta el catálogo realizado en 1947, año en que ya no aparece entre sus existencias.
  • En 1923, la OTO, Ordo Templi Orientis, por parte de uno de sus miembros, hace alarde de poseer en la biblioteca de la sociedad, de al menos una de las dos versiones del Liber Hyperboreas del impresor holandés van Böecke, en la correspondencia de la revista Études Mythologiques. La célula de Berlín de esta sociedad intenta durante varias sesiones invocar el espíritu de tan poderoso mago, al cual no dudan en calificar como uno de los Superiores Desconocidos que forman parte del gobierno secreto del mundo; se desconoce el grado de éxito de estas invocaciones.

Hasta aquí la primera parte.


[1] Algunos sospechan que éste no fue otro que Gaspaard du Nord, célebre por haber llevado a cabo la traducción del también infame Liber Ivonis, aunque los datos biográficos que se tienen de él no coinciden del todo.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Sin noticias del Coyote

Ignorando las aportaciones de algunos miembros del equipo, que han sugerido que quizá el Coyote haya sido raptado por alguno de mis numerosos acreedores, para exigir un rescate. No recuerdan que el viejo Coyote es muy dado a este tipo de escapadas; le da el punto, y se embarca en algún tipo de búsqueda astral. Luego nos pasamos días sin tener noticia alguna de él, consiguiendo que nos preocupemos por su seguridad.
Y no deberíamos, porque él mismo es quien nos recuerda muy a menudo la luciferina máxima de que “siempre existe la posibilidad extrema de marcharte. Irte, simplemente”.

Alguna noche, en los bares de la Alameda, nos enteramos de que alguien lo ha visto en la última rave; conseguimos sonsacar a algún punki, entre comentarios despectivos hacia nuestras personas y a la sociedad en general, que ha estado la madrugada anterior con él, ingiriendo un cóctel de kalimotxo, anfetaminas y opiáceos varios. Nos imaginamos al Coyote, tirado en algún lado de la ciudad, en un estado de trance cercano al coma, sin asistencia ninguna, a merced de desaprensivos.

Luego, para contradecirnos a todos, un día cualquiera aparece, como si no hubiera pasado nada, con el ánimo festivo y el pelaje lustroso. Ante nuestras preguntas insistentes, el Coyote se hace el duro, y hasta que no le hemos invitado a tabaco, no suelta prenda.

Como es bien sabido, al viejo Coyote le cuesta un enorme esfuerzo mantenerse mucho tiempo centrado. En aquellos momentos, los ojos se le vuelven del mismo color, y si tienes suerte, a veces emite máximas de sabiduría perenne (que posteriormente olvida, y que en absoluto aplica en su vida). En ocasiones nos relata curiosos encuentros oníricos, viajes a extraños paisajes astrales y habla de cosas de las que no ha podido tener conocimiento directo, como si hubiese estado allí realmente. Claro que el viejo Coyote es un gran mentiroso.

Ya contamos aquí su extraño periplo por la llanura de Leng y más allá, hasta la ciudad subterránea, y su encuentro con el barón sangriento. También recuerdo el tour que hizo el Coyote por el continente sumergido de Mü. En el Templo de Paredes de Cristal, que se encuentra en un metaplano superior, en unas cavernas bajo la isla de Pascua, se encontró con cierto arquetipo agonizando, y supo de una terrible guerra que amenaza los planos astrales, y al multiverso entero (guerra que empezó hace más de cien años, cuando el Rex Mundi desapareció sin dejar rastro, a todas luces en el Abismo, dejando su trono de Aggartha vacío).

Recuerdo la última vez que volvió de una de sus escapadas. Regresó contando una extraña historia sobre un viejo hechicero renacido que él llamaba “el Atlante”. Todavía estamos intentando hilvanar el relato, porque el Coyote lo ha contado de forma fragmentaria e inconexa, y aún no estamos seguros de haberlo comprendido todo por completo. Y además, las referencias son tan marginales que el trabajo de documentación se hace arduo y complejo; todavía ando intentando desenredar la trama de espionaje durante los años previos a la segunda guerra mundial, que tiene algo que ver en toda esta historia (¿quién demonios era Ernst Schaeffer?) Pronto daremos a conocimiento público todos los datos recopilados; ya que no podemos recibir las enseñanzas directas del Coyote, trabajar en esto ocupará su ausencia.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Disgregación y final de la banda del Coyote

La desaparición, sin previo aviso, del Coyote, sumado a una serie de catastróficas desdichas que han ido acaeciendo a parte del equipo que trabaja en EL BLUES DEL COYOTE, ha llevado a que el blog no se haya actualizado desde hace un tiempo.

Pero, con o sin Coyote, la vida continúa, de manera que aquí estamos, si bien no todo el equipo y sin la aprobación no explícita del Viejo Coyote. De hecho, una de las cosas que estamos notando de su ausencia es que al terminar el día nos queda algo de tabaco, y nadie se dedica a sablearnos.

Pero se le echa de menos...

Sin embargo, es cierto que desde que realizamos aquella entrada en el blog, sobre el barón Ungern von Sternberg una conspiración invisible nos ha estado acosando de continuo. Sin ir más lejos, todos mis acreedores se han puesto de acuerdo para exigirme el débito a la vez (y no todos son acreedores amables – o pacientes, para el caso –, y hay uno en concreto que cada vez que me encuentra, se deleita recordándome la deuda con un saldo de fractura ósea de algún tipo o, cuando menos, de un hematoma...); también me han robado el teléfono móvil, con lo cual he perdido los números de contacto de cantidad de personalidades influyentes de la política, la ciencia y el arte. Imaginad, mi agitada vida social ha sufrido un parón considerable, de tenerla a no tener vida social en absoluto. Lo más frustrante de todo esto es que me robaron el mobile ¡en mi propia casa!

Si el Coyote no hubiera desaparecido, primero se habría reído en mi cara, y luego me habría amonestado por pardillo, y dado un par de consejos para nada aconsejables (tipo “Ahora tienes que robar tú un móvil, estás en tu derecho”)

Y esto sumado a que hace poco me encontré en la obligación de mudarme, con el considerable caos que ello conlleva, y que además en el nuevo piso no disponemos aún de conexión a la Red, ha retrasado un poco la aparición de una nueva entrada. Sin embargo, como decían los yuppies cocainómanos ochenteros (o los políticos profesionales, para el caso), estamos trabajando en ello...

mao