lunes, 15 de marzo de 2010

Notas Dispersas sobre laTierra Austral (y Parte Tercera)



Como ya se ha hecho énfasis en más de una ocasión, hacer una cronología no es más que el intento vano de marcar efímeros instantes con diminutos alfileres en la abrumadora corriente de la eternidad; pero en fin, qué vamos a pretender nosotros, meras existencias arrojadas a la vida (sin preguntar ni nada): acaso provocar unas inanes ondas en la superficie, que se aquietan al instante, acaso pretender ir contra corriente - con el riesgo que conlleva el terminar ser arrastrados de forma violenta por la misma... O, en el peor de los casos, embarcarse en un alucinante viaje hasta los abismos más profundos de esa eternidad de la que, en todo caso, apenas podemos tener instantes fugaces de intuición, retazos desvahídos y, nunca más allá de eso. Según el viejo Coyote, esto se debe, sobre todo, a ciertas limitaciones de la sinapsis humana, pero como siempre, hemos desistido de ahondar en dicha cuestión, por el beneficio de la estabilidad de nuestra cordura.

Sin más comentarios, ofrecemos la tercera y última parte de ciertas notas dispersas referentes al continente austral:

Cronología Superficial e Incompleta de Ciertos Hechos Acacecidos en la Antártida (final)

  • 1934: En su segunda expedición a la antártica, el aviador y explorador norteamericano Richard Evelyn Byrd, sobrevive en solitario en una cabaña a 200 kms de Little America durante todo el invierno de este año, para demostrar sus turbadores y obsesivos descubrimientos; estos son acallados por la Marina estadounidense, aunque Byrd seguirá empeñado en investigar y aclarar los extraños sucesos de los que afirma haber sido testigo.


  • 1938: A finales de este año, Richard E. Byrd es invitado en Hamburgo, por parte del gobierno alemán, a participar en una inminente expedición antártica, que declina.


  • 1938-1939: Expedición antártica alemana Neuschwabenland, de la Kriegsmarine, conjuntamente con la Luftwaffe; bajo mando del capitán Alfred Ristcher, contando con el apoyo de un numeroso grupo de científicos e ingenieros, así como personal cualificado, y el inestimable apoyo de submarinos U-boot que transportaron secretamente grandes cantidades de material de construcción y maquinaria de alta tecnología; la excusa oficial, según cuentan, pasaba por la recuperación de una zona de pesca ballenera tradicionalmente usada por barcos germanos, y la subsiguiente reclamación de dicha zona como soberanía alemana. La agenda secreta, sin embargo y al parecer, incluía la construcción de las imponentes bases de Nueva Suabia y Nueva Berlín, vaciando sendas montañas y conectándolas entre sí y al exterior con inmensos canales submarinos, dotándolas de capacidad para albergar a miles de hombres. Algunos - con cierto filtro distorsionador de la realidad, no sabe el Coyote si por intereses pecuniarios, ideológicos o simple metaficción consoladora y nostálgica - han querido ver en esta expedición un intento, por parte de la jerarquía nazi que en ese momento lideraba el país, de construir un enorme santuario/refugio nacionalsocialista ario, desde donde re-comenzar, previendo una posible pérdida de la guerra; o bien, según otros alucinados, como punto de encuentro con aeronaves tripuladas por seres venidos de otros mundos, con quienes los nazis sellaron terribles pactos, etc. El por qué aquellos planes finalmente no pudieron ser llevados a cabo del todo, sólo puede hallarse en especulaciones peregrinas; especulaciones como las que afirman que los ingenieros nazis puestos a la tarea de horadar las montañas, alcanzaron tal profundidad que dieron con la proto-ciudad de los Antiguos, tomada por completo por sus antaño sirvientes, los temibles y multiformes shoggoths. Es de suponer los catastróficos resultados que habría de tener despertar el sentido de autodefensa de aquellas criaturas, apenas imaginadas con horror por el poeta loco. No ha faltado igualmente quien asegurase que, tras aquella cordillera de alturas superiores a la del Himalaya- las fatídicas Montañas de la Locura -, podía accederse a aquella tierra multiplanar conocida como la infausta Meseta de Leng, nexo entre mundos; y que, tomando conciencia de aquello, los científicos de Tercer Reich trabaron ahí contacto con siniestras criaturas que habitan más allá de donde alcanza nuestra limitada percepción, siendo iniciados por sus nuevos amos en oscuros rituales tecno-nigrománticos. Aunque, por supuesto, todos saben que el acceso a la Meseta de Leng en nuestro plano no se encuentra en el polo sur; de hecho, y a tenor de lo sabido con posterioridad, la primera suposición podría ser la más cercana al acierto.

  • 1946-1947: Los USA desarrollan la Operación Highjump; impulsada por el secretario de la Marina James Forrestal, se envía una fuerza naval a la antártida, incluyendo a los almirantes Nimitz y Krusen y al contralmirante Byrd, amplio conocedor del terreno, como se ha visto. El objetivo oficial de la operación era realizar una serie de maniobras para poner a prueba la resistencia de equipos en temperaturas extremas, viabilidad del desarrollo de bases americanas en suelo antártico, e incluso plantear su soberanía en parte del continente. Un enigmático grupo viaja como parte del contingente de científicos especialistas de la Operación Highjump, pero escrupulosamente separados del resto de las tripulaciones de las distintas naves de la flota que se dirige al continente austral. Entre otros, encontramos a un antiguo miembro de la desaparecida OSS, que había tenido participación en la Operación Nike en 1942 y en otras de naturaleza similar; como enlace con la Marina, encontramos a un agente de la División P, de Inteligencia Naval (la misma División P que participó en el asalto federal de 1928 a un ignoto pueblo de la costa de Massachussets conocido bajo el nombre de Innsmouth); igualmente, se ha dicho que les acompañó el semidesconocido Robert Deschaines, declarado psíquico y mentalista, y miembro de la veterana ASPR o American Society for Psychical Research; y, por no alargar la lista, destacar a cierto super-agente de la naciente CIA, aquí en uno de sus primeros casos, quien posteriormente ha sido implicado sucesivamente en la Operación Condor, en el escándalo Nugan-Hand, en el no menos sonado escándalo Irán-Gate, así como en el Proyecto MK Ultra, entre otros. La agenda de este grupo es ligeramente distinta a la de la Marina yanqui, y sus superiores no sólo cuentan con los datos proporcionados por las dos expediciones de la Miskatonic University, amén de las observaciones realizadas por el propio Byrd; sobre todo, cuentan con la valiosísima información revelada por cierto científico alemán rescatado en la Operación Paperclip (operación de trasvase de científicos y técnicos alemanes a suelo estadounidense durante los estertores finales de la Segunda Guerra Mundial). No huelga decir que, por supuesto, entre los objetivos ocultos de esta operación, uno de los principales era dar con la posición exacta de esas supuestas bases de submarinos y el motivo por el cual, según se entiende, nunca llegaron a ser puestas en funcionamiento. Y, por supuesto, si este motivo estaba relacionado de alguna forma con la supuesta y posible existencia de los restos una civilización prehumana de millones de años de antigüedad - y, por supuesto, de la posibilidad de su persistencia en la actualidad. Los resultados de tal expedición, aún, continúan siendo catalogados como información clasificada, y en absoluto permitido el acceso a investigadores de ningún tipo. No obstante, y según han revelado fuentes no explícitas al Viejo Coyote, cabe que las consecuencias de esta operación hayan continuado con la siguiente operación yanki a gran escala en el antártico, a saber, la Operación Deep Freeze (años 1955-56).
  • 1957: Los norteamericanos comienzan la construcción de una base polar científica permanente en la antártida, a la que bautizan con el nombre de Byrd Station, en honor al explorador y almirante de la Marina. Numerosos accidentes y problemas surgen durante el trabajo, debido entre otras cosas a las duras condiciones climáticas del lugar escogido (a unos 500 kms de la costa occidental). Una vez terminada, aparte de albergar equipos científicos durante la temporada de verano, servirá de almacenes para otras bases. Sin embargo, a lo largo de las décadas, irá abandonándose paulatinamente, bajo el rumor de estar maldita, clausurada definitivamente en 1972. En 1980 ha sido prácticamente cubierta por la nieve.

Por causas variadas y de cierta complejidad, nos vemos obligados a finalizar en este punto nuestra imprecisa cronología; con amago de frustración, puesto que nos dejamos en el tintero un par de cuestiones inquietantes, como la real y completa implicación de los Antiguos en todo este asunto, así como de sus antaño servidores, los temibles shoggoths. Por último, y como siempre, disculpar los errores e imprecisiones acometidos durante el transcurso de estas tres últimas entradas de este desvahído e inconstante blog que suscribe...